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Descubren piedra tacita en El Quisco que revela secretos de la prehistoria chilena


 Mosaico

Un sorprendente hallazgo tuvo lugar en la playa rocosa al sur de Cántalo, en la costa de El Quisco, región de San Antonio, cuando el historiador José Luis Brito descubrió una piedra que resultó ser una pieza arqueológica conocida como "piedra tacita".

Este tipo de piedra, de forma alargada, es característico de ciertas zonas de Chile central, como San Pedro, Pelancura y Las Salinas de Las Cruces. Su descubrimiento añade un nuevo capítulo a la investigación sobre las piedras tacitas, que marcan el comienzo del período Arcaico en la prehistoria de la región.

Brito, quien está trabajando en el libro Piedras tacitas del litoral central, destacó que el hallazgo se enmarca dentro de un esfuerzo continuo por identificar y estudiar estas piedras en el litoral central y sus alrededores. "Este proyecto ha permitido descubrir varias piedras tacitas de distintos tipos", comentó el historiador.

Además de su valor arqueológico, las piedras tacitas representan un cambio significativo en la historia de Chile central, pues proporcionan evidencia de un entorno vegetal diferente al actual, con una mayor cobertura arbórea. Brito señala que estas piedras fueron utilizadas por los humanos nómadas de la época, no solo para moler alimentos como semillas y frutos, sino también posiblemente en rituales.

Las piedras tacitas, que podrían tener hasta 10.000 años de antigüedad, se asocian con el fin del período Paleoindio, una era caracterizada por la coexistencia con megafauna como mastodontes y perezosos gigantes, ya extintos. "Estos animales presentaban serios desafíos para la supervivencia de los grupos humanos nómades", explicó Brito, quien también indicó que ya existían indicios de asentamientos más estables en esa época.

Durante el período Arcaico, la dieta humana sufrió un cambio radical debido a transformaciones en la vegetación y el clima, lo que obligó a los grupos humanos a adaptarse a nuevos recursos. "Este cambio en la vegetación probablemente llevó a una modificación en la dieta", añadió.

Las piedras tacitas también fueron utilizadas por grupos posteriores, como aquellos del horizonte cultural Bato y el complejo cultural Llolleo (100-1.100 d.C.), quienes las emplearon como morteros para moler granos. Las perforaciones en las piedras varían, lo que sugiere que algunas fueron reutilizadas a lo largo de la prehistoria de la región.

El historiador indicó que estas piedras se encuentran principalmente en las zonas costeras y cercanas a humedales, aunque su número ha disminuido considerablemente debido a la urbanización. Por ello, Brito hace un llamado a las autoridades y a la comunidad para que protejan estos valiosos vestigios, que están amparados por la Ley 17.288 de Monumentos Nacionales.

El libro Piedras tacitas del litoral central, de próxima publicación, tiene como objetivo sensibilizar a las municipalidades, empresas y ciudadanos sobre la importancia de conservar estas piezas arqueológicas, que constituyen un vínculo directo con la prehistoria de Chile.

Fuente: La Tercera